Concurso Nacional – Edificio BCRA, Perón 465 - 2008

El proyecto se abordó a partir de una metodología integral de reconocimiento, valoración y análisis del entorno urbano. Compatibilizando la nueva arquitectura con el medio físico heredado.
 

El desafió del proyecto se basó en generar una solución de continuidad al paisaje urbano con un edificio que funcione como “pieza de ajuste” vinculando, tanto morfológica como tipológicamente, la preexistencia de dos hechos arquitectónicos antagónicos, que protagonizan una notoria discontinuidad en el paisaje de la city porteña.
Poniendo en valor el vació urbano, no como resultante sino como generador de la forma arquitectónica.
 
Consideramos de gran importancia incorporar el espacio urbano en nuestra propuesta, como elemento fundante no solo en la determinación de la forma arquitectónica sino también como catalizador social.
Frente a esta situación, y en respuestas a los distintos requerimientos, planteamos una fuerte relación de nuestro edificio con el edificio de perón 461, estableciendo así, no solo una vinculación funcional si no por sobre todo una vinculación y articulación espacial con dicho edificio, y por medio de este con el resto de los edificios pertenecientes al banco.
Y estableciendo un nuevo espacio de carácter público que a manera de punto de encuentro permite la interacción y el esparcimiento de los empleados de los distintos edificios sedes del BCRA.
Un vació de acceso peatonal conforma una amplia recepción común entre los dos edificios y áreas de acceso y distribución para el público.
 

Las proporciones de las ventanas de las fachadas reconocen no solo la escala de los vanos de los edificios existentes, sino por sobre todo LA ESCALA HUMANA en todo el edificio.

Tomamos el retiro y su terraza como elementos compositivos de nuestro planteo, por un lado, de integración urbana y por otro de mejora de las condiciones de habitabilidad interiores del nuevo edificio, otorgándole al una fachada hacia el lateral –consolidación de espacio urbano existente – y la integración con la terraza a través de un vacío en nuestro edificio.

Autores: Arq. Verónica Coppola, Arq. Fernando Avarez de Toledo, Natalia Meza, Silvina Videla, Lucia Alessi y Tomás Deverill.

A3 Roca-Sardín – 1º cuatrimestre - 2008

La idea que da lugar a este conjunto de viviendas responde a propósitos propios del conjunto y a su vez, del área en general.

Por un lado, el área a intervenir se encuentra aislada y casi inaccesible desde diferentes puntos de la ciudad, quizás por esta razón este lugar actualmente es un gran vacío. Como solución a este problema, se plantea la prolongación de calles existentes y apertura de calles nuevas como vías de comunicación fluida hacia la Av. Almirante Brown, hacia la cancha de Boca Juniors y también Caminito. Se genera entonces, un área de grandes manzanas que buscan relacionar diferentes partes de la ciudad en una forma clara y directa.
Por otro lado, el programa público del conjunto de viviendas no sólo funciona como apoyo del propio conjunto sino que también como una nueva unidad que se conecta con las viviendas existentes. Los comercios, por ejemplo, dan hacia una de las nuevas calles estando así en un lugar totalmente accesible para todo el barrio.

El conjunto de viviendas se desarrolla con un basamento público dado por una circulación con programa social: jardín maternal, comedor infantil, talleres de mantenimiento propios del conjunto, comercios, bar, centro barrial, cancha de básquet y salón de usos múltiples. Los accesos al conjunto desde la calle Irala dan a esta circulación promoviendo la interacción directa barrio- conjunto.
Las viviendas están separadas de este basamento, diferenciando el espacio público del espacio privado. Se optó por una disposición en forma de barras para que las unidades de vivienda adopten la orientación norte- sur, aprovechando al máximo la luz solar en las zonas de estar y dormitorios, y para que el conjunto no funcione como una barrera que cierra su interior a las casas que están enfrente.

El conjunto tiene en cuenta su carácter social por lo que no sólo cuenta con un programa público importante sino que, a la vez, minimiza el uso de energía dando soluciones de acondicionamiento térmico con parasoles y terrazas- jardín. Éstas últimas brindan también un lugar para el cultivo de vegetales y frutas para su consumo o comercialización. Los estacionamientos se encuentran cerca de las calles de acceso para que, por dentro de las manzanas y del conjunto mismo, la circulación sea exclusivamente peatonal evitando ruidos molestos y problemas de tráfico.

Autores: Isabel Llorente, Facundo Herrera y Tomás Deverill.